Es curioso como los niños tienen esa capacidad para sorprendernos en las ocasiones que menos esperamos, ya sea por unas palabras, un gesto, o como este caso, una gran habilidad.
Os resumiré un poco de que va esta historia:
Un día cualquiera la madre de una niña de cuatro años decidió que mientras su hija estaba entretenida con sus cosas, ella se pondría dibujar un rato en un cuaderno que había pedido especialmente para ello. Cuando la niña se percató de lo que su madre estaba haciendo, quiso compartir su hobby, y aunque un poco reticente a ello, al final la madre accede a la petición de su hija.