martes, 1 de octubre de 2013

Irilaya

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Así es, damas y caballeros, Irilaya. Ella es la ganadora del premio extraordinario otorgado por el pueblo, en su justa y sabia decisión, para el Reto Literario de este primer número de la revista. ¿Que no os apetece buscar posts atrás la revista para releerlo, ¡no es un problema!

Dulces de algodón

Allí estaba, frente a ella, y con sólo mirarlo Clarity sintió que le faltaba el aliento. No podía expresar con palabras qué era lo que más le gustaba de él, pero lo cierto es que Gido ejercía un magnetismo sobre ella al que le era imposible resistirse.
Curiosamente, el joven no era el prototipo de chico guapo al que todas las chicas querrían presentar a sus padres. Y quizás era precisamente eso lo que le atraía de él.
Era alto, eso sí, mucho más que Clarity, a la que sacaba más de una cabeza, pero era demasiado delgado. Tenía una nariz aguileña que le daba una fuerte personalidad a su rostro de ojos oscuros y perilla, y lucía un peinado extravagante, con el pelo rapado en prácticamente la totalidad de la cabeza, exceptuando un largo mechón de pelo que le caía por el rostro como si fuera un flequillo despeinado.
Imagen en la que se inspiró

Siempre vestía unos vaqueros muy desgastados que habían vivido tiempos mejores y que cualquier madre habría insistido en remendar, y unas botas de cuero negro buenas, pero ya entradas en años. Cualquier camiseta le valía para terminar su atuendo y por las noches la misma chupa de siempre le ayudaba a combatir el frío del desierto de Redstone.
Guido le tendió una mano sin decir nada; una mano que parecía demasiado grande para su cuerpo escuálido y que tenía unos dedos largos y finos, de pianista, y que Clarity se estremeció al coger. 
Ambos empezaron a caminar por el suelo arenoso del desierto, sin soltarse. Las botas de Gido hacían tap, tap al apoyarse en el camino y levantaban pequeñas nubes de polvo, así como algunas piedrecillas que salían despedidas lejos de ellos. Los pies de Clarity eran más pequeños y se deslizaban casi de puntillas, siguiendo las grandes zancadas de él, apresuradamente, volando tras sus pasos. 
—¿Adónde vamos? –quiso saber ella. 
—Ya lo verás –repuso él. 
Y siguieron caminando lo que pareció una eternidad, bajo el cielo raso de un azul eléctrico infinito. 
Y entonces, sin que Clarity se diese cuenta, el paisaje cambió. No fue una transformación gradual, aunque la chica tampoco podía afirmarlo categóricamente porque apenas había estado prestando atención a lo que ocurría a su alrededor, concentrada como estaba como estaba en la sensación que le producía el contacto de la mano de Gido con la suya. 
A su alrededor aparecieron árboles, preciosos árboles de hojas del color de las nubes en los atardeceres que presagiaban tormenta y que le recordaban a los dulces de algodón que los personajes de su cuento favorito de cuando era niña comían en la feria. Y había agua. Mucha agua. Como si alguien se hubiese dejado abierta la bomba que abastecía su hogar y ésta se hubiese derramado creando un pequeño mar a sus pies. Clarity no había visto jamás nada igual, pues los árboles que crecían en Redstone eran pequeños y enclenques, y apenas tenían hojas, y el agua era un bien preciado, tan escaso que cualquier gota se cuidaba como si fuera la última 
—Esto es… —dijo ella, sin encontrar la palabra exacta que describiera lo que sentía en aquel momento, acercándose a uno de aquellos árboles para acariciar su grueso tronco de color oscuro. 
—Y todavía no has visto lo mejor. 
Y era cierto, no lo había visto, porque más allá del bosque, en lo alto de una colina que subieron apresuradamente, con el aliento entrecortado por el esfuerzo, Clarity se encontró con la vista más fascinante que había visto en su corta vida. 
Demasiado lejos para llegar todavía, pero tan cerca que parecía al alcance de la mano se erguía la ciudad más grande que hubiese contemplado jamás. Aunque, en realidad, era la única que había visto. 
Los edificios, como espigas en un campo de trigo, se elevaban hasta el cielo, altos y esbeltos, muy juntos los unos de los otros, como un mar de cemento. Miles de luces cubría su superficie ahora que el sol iniciaba su inevitable descenso hacia el reposo y el cielo adquiría una tonalidad indefinida que nada tenía que ver con el impactante azul del desierto, como si estuviera cubierto por una fina película. 
El ruido de un motor la sobresaltó y cuando levantó la mirada pudo ver una especie de artilugio flotando en el aire, que parecía un globo. No era el único, había más, como abejas sobrevolando su colmena. 
—Es Capital. 
La voz de Gido la sobresaltó y cuando ella se volvió le descubrió observando la ciudad con un extraño brillo de fascinación en los ojos, un brillo que sólo aparecía cuando hablaba de la ciudad de ciudades. 
Clarity volvió la vista al frente. 
Era Capital, al fin, la ciudad de sus sueños, el lugar en el que todo era posible, en el que no existían ni el día ni la noche, en el que no había hambre, en el que una vida no bastaba para descubrir todos los modos de diversión que ofrecía semejante sitio. La ciudad de la que Gido le había hablado en tantas ocasiones que Clarity casi podía describirla con los ojos cerrados, a pesar de que nunca había estado allí antes. La misma que habían estado buscando con tanta insistencia y que les había llevado a emprender aquel viaje que les había llevado tan lejos del hogar. 
Y entonces ocurrió: el cielo oscureció y la visión que se alzaba ante ella desapareció, como por arte de magia. Ya no había bosques de colores extravagantes, ya no había edificios tan altos que parecían desafiar las leyes de la gravedad, ya no había agua descendiendo por las laderas de las montañas, desperdiciada. 
Y tampoco estaba Gido. 
Porque Capital era sólo una utopía. Porque Gido se había ido, tiempo atrás. Y porque Clarity descubrió que aunque ella siempre le había amado con todo su corazón, él la había abandonado, como si fuera una piedra en el zapato. Porque el único amor que sentía ese chico era el amor por su sueño, que era la ciudad de Capital.

Muchas felicidades a la ganadora, en breve nos pondremos en contacto con ella para empezar a entregarle los premios ;D

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